Identidades trans durante la infancia y juventud

El pasado 16 de diciembre tuvo lugar en Cuenca una jornada pionera en España sobre Identidades trans en infancia y adolescencia. Fue novedoso no sólo por el tema transexualidad, desconocido en general e invisibilizado para los distintos profesionales de los ámbitos que trabajan con niños, sino también por el enfoque evolutivo que se le dio, el visualizar como obvio que la transexualidad ya es en la infancia, y para darnos cuenta nos lo tuvo que decir un niño en un vídeo de apertura. Cuántos años mirando toda la sociedad hacia otro lado, actitud comunitaria cuando algo no se entiende bien. Espero que no queden muchos años más de ese alejarse ante lo desconocido cuando se trata de personas.

Me sorprendió y alegró mucho ver tantos profesionales atentos y emocionados, con el entusiasmo que produce que te expliquen de forma fácil y sencilla algo que hasta ese momento pertenece a otro mundo. Previo a las jornadas los comentarios versaban sobre el desconocimiento de las nomenclaturas para definir cada modalidad de identidad, por decirlo de alguna manera. Los profesionales y futuros profesionales buscando la corrección en nuestras definiciones, cuando te das cuenta que las definiciones, los nombres, las siglas y las nomenclaturas, cosifican, marginan, alejan, crean extrañeza si antes no has dado ese primer paso: el de entender la naturalidad en la variedad humana. Por lo que las jornadas dieron respuesta a esa y otras muchas dudas; y dieron respuesta sin dar nombres, porque el enfoque era otro, era todo mucho más fácil, y haciendo alusión a una frase del Principito “ Las personas mayores nunca son capaces de comprender las cosas por sí mismas, y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones”

Y ésta era la lección, si un niño te dice que es una niña, es una niña, no hay más que hablar, no es necesario que corrobore un ajeno “experto” lo que es o no es una persona. La identidad nos pertenece y decidimos cada quien cual es, desde pequeños. La clarividencia de un niño es absoluta, debemos escucharles y nada más.

Por lo tanto es la apertura mental la que define el buen hacer profesional en este tema, da igual el ámbito en que cada uno esté, ya sea de la salud, de lo social, lo psicológico o lo educativo. La apertura que te hace escuchar, empatizar, comprender…y sobre todo ver al que tienes enfrente, ver a las personas en su auténtica multi dimensión, y esa es la única forma de respeto, aceptación y ayuda que se les puede prestar.

Y esta necesaria apertura se tiene que trabajar desde ya, empezando por las campañas de concienciación que tiene que promover el estado de manera urgente en este tema (muy buena la campaña de Chrysallis Euskal Herria) hasta la formación de los profesionales: destacar la calidad de las “Jornadas de identidades trans en menores” (gracias a la Fundación Daniela y a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha) y su transversalidad profesional, elemento que será fundamental en el futuro inmediato.

Así pues, totalmente de acuerdo como psicóloga, en que la única enfermedad mental de la que se puede hablar se llama trans fobia, puesto que es el desconocimiento de todos lo que daña y perjudica, lo que correlaciona directamente con problemas de ansiedad, baja autoestima o depresión en estos niños. Es así tarea de todos evitarlo y prevenirlo.

5 thoughts on “Identidades trans durante la infancia y juventud

  1. Magnífico artículo. Qué fácil son las cosas en ocasiones y como las complicamos. Los gestos como estas jornadas son un paso importante en un camino que nos debe llevar a lo más simple que comentas, respetar la identidad de género. Y punto.

  2. Magnífico artículo. Qué fácil son las cosas en ocasiones y como las complicamos. Los gestos como estas jornadas son un paso importante en un camino que nos deben llevar a lo más simple que comentas, respetar la identidad de género. Y punto.

  3. En esta entrada interesante se habla sobre la transexualidad en la infancia. Te comento un poco si me lo permites.
    En ella se dice que se debe visualizar la transexualidad en los colectivos profesionales que atienden a niños y niñas. Que se desconocen nomenclaturas y definiciones sobre el tema y que lo que define al buen profesional es la apertura mental. Que la trans fobia es la única enfermedad mental que se correlaciona con ansiedad, baja autoestima y depresión en niños y niñas que la padecen.
    Se dice que es obvio que la transexualidad ya lo es desde la infancia y que nos lo tuvo que decir un niño en un vídeo de apertura (esa parece ser la prueba de que la transexualidad ya lo es desde la infancia) Y que si un niño te dice que es una niña, pues que lo es en su clarividencia absoluta.
    La identidad nos pertenece, por supuesto, pero falta ver si un niño o niña de 4 o 6 años, tiene definida ya esa identidad y su expresión de ella se corresponde con el mismo código simbólico lingüístico de los adultos. Cuándo un niño de 4 años te expresa: Yo soy una niña ¿Qué quiere exactamente decir? ¿No habrá que dejar que esa persona madure sexual e identitariamente en la adolescencia y pre adolescencia para que pueda decir con rotundidad cual es su identidad antes de someterse a un tratamiento hormonal u operación quirúrgica de cambio de sexo? ¿No habremos de dejar cabida también a identidades distintas (y que existen como trans género no binario, géneros fluidos, tercer sexo, sin género etc) y que pueden no identificarse ni definirse en categorías dicotómicas: niños o niñas, de un sistema binario identitario que les asignaron para ser aceptados socialmente?
    Los profesionales que tratan con personas y sus problemas deben tener apertura mental y también deben tener rigor, intentar acercarse al máximo a la verdad de una realidad humana (no sólo un video de un niño nos da la verdad sobre un tema, es la voz de ese niño pero no los representa a todos) y luego deben tener un código deontológico de buenas prácticas, para asegurarnos que nuestras afinidades o creencias no influyen en el buen hacer de nuestra profesión.
    Detrás de la trans fobia hay un sistema normativo social reglado binario que se perpetúa, a través de las instituciones estatales y de determinadas asociaciones. Chica o chico, y cuánto antes lo seas, mejor, que si no serás estigmatizado socialmente, sufrirás violencia directa y estructural hacia tu persona, tendrás rechazo social y no hay un sitio asignado para tu persona, serás un paria. Por lo tanto, defínete pronto, niño o niña. Pero… por qué no dejar a las personas que se definan ellas mismas y no iniciamos campañas de concienciación desde la infancia (muy necesarias en este tema) para tolerar que existen multitud de identidades que no son necesariamente las categóricas chico o chica y se les reconozca, primero visualizándolas, sabiendo que existen, luego catalogándolas desde el conocimiento y el respeto, para poderles dar sus derechos y su lugar en la sociedad, sin sofocarlas ni penalizarlas en el juego social. Pertenezco a AMPGYL y el discurso sobre las identidades es muy diferente a Chysallis o Daniela, que abogan porque el niño o niña ya sabe su identidad y hay que ayudarle a realizar su reasignación de género (binarismo normativo social admitido) ,dónde no se tolera la incertidumbre de vivir unos años dejando al niño ser y ver su evolución identitaria y tomar decisiones importantes y a veces irreversibles (como es una reasignación de género quirúrgica) cuando ya esté en la adolescencia pre adolescencia. Pero no en la niñez, dónde la voz del niño muchas veces la usurpan los mayores (con buena intención, pues son asociaciones de padres y madres que quieren lo mejor para sus hijos) pero a veces la buena intención no es lo necesario pues el objetivo es que ese niño sea aceptado socialmente y no sea un paria y por lo tanto no sufra la violencia social, que sufren sus hijos pero también la sufren los niños que tienen «pluma» y en cambio se sienten niños, pero socialmente también se los machaca y se los intenta llevar al redil de la normativización binaria. Un saludo

    • hola Mónica, muchas gracias por haber leido y compartido tu opinión sobre este tema, me parece muy interesante todo lo que comentas y comparto muchas cosas de las que dices, dudas o cuestionas. Creo que en ningún momento dejo fuera otras opciones de identidad, yo no hablo de dicotomia chico-chica porque entiendo que hay otras opciones e incluso ninguna.

      Tras las jornadas de las que hablo en el blog, salí de allí haciéndome mi auto resumen de lo vivido que es lo que reflejo en esa entrada, y no es otra cosa que la necesidad como profesional de escuchar, de no categorizar, de darle la voz a la persona interesada, que la única actitud posible es la de la escucha, sin prejuicios, y por lo tanto que es la persona la que hace ese camino hacia su identidad. Que no hay expertos que valgan ni que puedan corroborar la identidad de nadie, que es ese niñe el que tiene que hacer ese camino.

      Hay niñes que lo tienen claro y que desde pequeños se ven con otra identidad a la que les es asignada por su sexo biológico, en estos casos todos nos podemos preguntar que es también algo social, por qué chico o chica?, porque se identifica con qué del otro sexo? qué hay de construcción social y temporal en todo esto?, -hablo de temporal porque actualmente solo se ven en la calle dos sexos. La identificación visual es binaria para el niñe-. Pero estoy de acuerdo contigo en que el camino requiere también de cierta madurez y de un entorno propicio para hacer ese camino, que no siempre es posible, por ello considero lo más importante el respeto y para que se de respeto hay que conocer, visualizar, y hacerlo normal entre todos.

      Se abre un largo debate y un tema a trabajar y explorar por todos. Gracias otra vez

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